El Nudo

He empezado el año con un nudo en la garganta, y no me refiero al de la corbata, que enseguida lo aflojé como es habitual cada vez que uso esta tidícula prenda. Es un nudo de esos que te dejan jodido durante todo el día, dándole mil vueltas a las cosas y con un extraño sentimiento de tristeza permanente, sensible ante cualquier situación, pesimista ante la vida y batido por las dudas sobre tu futuro.

Enseguida he intentado encontrar la razón de tal desasosiego y he revisado parte de mi vida. Aún sabiendo que la causa apuntaba en otra dirección primero quise evaluar todos los aspectos. Tengo un buen trabajo, en el que me siento realizado, en el que sin trabajar mucho cobro lo suficiente como para vivir bien y permitirme todos los caprichos que me vienen en gana, y no son pocos. Sin ahorrar, pero porque no quiero, aunque quizás deba plantearme empezar a hacerlo.
Tengo una familia estupenda, que goza de una envidiable salud, aunque mi madre hoy esté un poco ronca, y que me quiere casi tanto como yo les quiero a ellos, pese a haberles fallado en más de una ocasión.
Tengo grandes amigos, que siempre están ahí, que me aprecian y me cuidan quizás más de lo que merezca, y me hacen saber que nunca estoy solo, pese a que a veces lo crea.
Tengo proyectos de futuro, que cada vez van mejor, sueños hechos realidad y utopías que con el tiempo demostraron no serlo tanto.
Sin embargo hoy estoy triste, y es que al otro lado de la balanza no hay nada... hoy solo dos mensajes frios al móvil.

by Nico

Le ha costado… empecé intentándolo por arriba, viendo que por abajo iba a ser muy difícil, que era muy grande para ella y que se iba a resentir, pero nada, no había manera. Por mucho que intenté convencerla, e incluso cuando lo tenía ya en la boca, lo rechazó, y sin darme cuenta lo cogió por debajo sorprendiéndome con una perfecta ejecución.

Volví a intentarlo por arriba, ya era cuestión de orgullo, es imposible que a estas alturas se me resista, incluso hablaba con ella, “pero si es por tu bien”, “que por abajo no te va a entrar”, “¿has visto lo grande y gordo que es?”

Pero nada, no había forma. Claro que por arriba nunca había metido nada y que tampoco yo sabía muy bien como hacerlo. Abrí la boca hasta atrás, ajustando los lados para que no se atascase, lo puse sobre la lengua, fría y dura curiosamente, y cuando empezó a calentar… pareció atascarse, y tuve que empezar de nuevo.

Viendo que era imposible, que se echaba la noche y que por lo menos quería terminar 8 antes de dormir la hice caso, y empecé por abajo. Al principio parecía no entrar, ya lo había dicho, era más grande y gordo que cualquier otro que hubiese usado nunca. Esa misma tarde había hecho unos cuantos, me dijo, pero de un tamaño estándar, esto era otra cosa.

El primero entró con dificultades, llegué a preocuparme por los ruiditos que despedía, pero parecía que lo estaba aceptando con resignación. El segundo le costó más, incluso se cerró en banda y dijo que no había manera, pero al final lo hizo. Por fin encontré la postura, sólo había que cambiar la orientación, y a partir de ahí entraron los 8 sin problema alguno.

Por fin tengo los 8 diplomas impresos sobre la impresora, tengo que aprender a usar la bandeja superior porque si no me la voy a cargar con estos impresos tan grandes y duros.

by Nacho